Sentir hasta resistir

El niño sale a la luz...
es la esperanza que añoramos
perdida en su vientre...
El niño abre los ojos...
y en ellos se abre el mundo...
La gran mentira aparece...
y todos alrededor sonríen...
El niño llora, entiende...
Entiende a donde ha venido...
El llanto se esparce por toda la sala...
Y la emoción de los padres conmueven al mundo...
Es un milagro...
Despierta pequeño, despierta
que cuando puedas darte cuenta de todo será tarde...
Ya no caberás dentro de ese refugio que algun día te protegió de todo...
El niño crece... y es difícil ser libre
porque cuando se es libre debe pagarse a cambio el precio del desarraigo.
Poco a poco se pierde la protección y uno se vuelve vulnerable
se vuelve débil, se vuelve indefenso ante todo
y lucha desesperadamente por subsistir
y lucha desesperadamente por sobrevivir
y busca afecto, busca amor, busca sal
para cicatrizar las heridas...
Pero las marcas siguen tatuadas en el alma
y la sangre derramada no volverá al cuerpo.
Desangrado naufraga por la vida
en una solemne búsqueda por la verdad.
Se mira al espejo, y no es él.
Se ve en el reflejo del agua, y no es él.
¿Quien es?
El corazón le golpea muy fuerte adentro
y un hormigueo se esparce por todo el pecho.
Le cuesta respirar...
Se agita, se desespera
siente algo que no sabe que es...
Entonces se detiende a ver
pero el mundo sigue y queda relegado.
Y para no perderse se sube al ansioso, frívolo,
superfluo, idiota, demente y maníaco tren de la vida...
Pero no lo resiste mucho tiempo
porque el tren no permite ningún tipo de analisis.
El viaje lineal y hacia adelante
no le da tiempo a ver que es lo que esta pasando.
Y el sentimiento se ramifica por todo el cuerpo
y siente tan fuerte que ya no resiste.
Siente que va a explotar...
Siente que ya no cabe en su cuerpo...
Entonces un estruendo lo depierta
y se ve saliendo de su sien derecha.
Y del sueño despierta, tras exhalar
esos pesados 21 gramos...
que no pudo resistir.