Cuando uno basa su arte en un contrafrente hacia lo que está predeterminado, hacia lo que de alguna forma está impuesto y luego, por alguna razón, éste enemigo a lo que uno se rebela se disuelve, se va, o simplemente se mezcla tanto que no queda bien definido que es eso de lo que uno busca diferenciarse, parece como que el arte de uno se disuelve. Y uno también se diluye en eso.
Entonces, como no hay enemigo definido, como no hay contraste, pareciera que hay 2 opciones: rebelarse al mundo, cosa completamente estúpida porque uno lleva internalizada una estructura que es la que nos permite adaptarnos a él (al mundo) y rebelarse contra todo mas allá de ridículo e imposible sería tan abstracto que, al no estar muy claro contra que nos rebelamos, también nos diluiríamos. O sea, terminaríamos por ser necios que no aceptan nada, que se rebelan a todo pero rebelarse a todo no constituye ninguna ideología. Además el excluirse del mundo nos lleva también a excluirnos de la identificación de la gente, porque la gente mal que mal está en el mundo, entonces si se pierde la identificación ¿quien nos consume? ¿a donde apunta nuestro arte?
Y la otra opción es rebelarse contra sí mismo. En este caso el arte sería uno mismo, pero decirse y contradecirse sería realmente desorientador.
Entonces, y como conclusión podemos decir que: ¿Lo único que podemos hacer es? Claro! firmar fotologs y escribir canciones... Y sumamos, postear nuestras fotos sin palabras, porque nosotros somos el arte y la ideología ahora es visual...
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