Corría el año 1975, hacía solo unos meses que había finalizado la guerra de Vietnam. Un ex soldado americano conoció a una argentina que vivía en EEUU. Se enamoraron y al poco tiempo se fueron a vivir juntos. El entorno de la chica no veía con agrado ciertas actitudes de él, les parecía extraño, raro. Se decía que había quedado así tras la guerra. Ella lo defendía a muerte, justificaba sus actitudes y le decía a todo el mundo que él siempre había sido así. Esto siempre fue un motivo de discusión en su familia, mientras todos creían que él no era lo mejor para ella, ella hacía oídos sordos a todas las críticas a su amado. Inevitablemente se fueron alejando de todo y de todos.
Una mañana ella despertó y sintió un fuerte olor a quemado. Salió de su habitación y vió una inmensa nube de humo negro recorriendo toda la casa. Se oían gritos fuera de ella. Se puso una remera en su rostro y corrió lo más rápido que pudo hacia la puerta. Al salir, vió como los vecinos gritaban desesperados pidiendo ayuda. Él se encontraba manso y sonriente contemplando la casa. Ella comenzó a preguntarle a los gritos que había pasado. Él seguía sonriente mirando como se prendia fuego la casa. Ella comenzó a agitarlo y a repetirle la misma pregunta infinidad de veces. Cansada de que no contestara, se echó a llorar de impotencia en el suelo. Él seguía de pie sonriente, miro a su alrededor, dió un profundo suspiro y dijo con supremo placer: "Me encanta el olor del Napalm por la mañana".
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