"No me digas mas que la poesía es para las almas sensibles" le dijo ella con rabia. "Es que es cierto... y vos no tenés alma" respondió él. Ella comenzó a llorar. "Llorar no es sinónimo de ser sensible" dijo él "y en tus ojos puedo ver lo cínica que estás siendo". Y ella sonrió.
No hay comentarios:
Publicar un comentario