- Ya encontré la editorial que va a publicar mi libro.
- ¿Cuanto tenes que pagar?
- ¿Como sabes que tengo que pagar?
- ¿Me hablas en serio?
- ¿Que parte?
- La de pagar... ¿vas a pagar por publicar tu libro?
- Y claro, ¿de que otra forma lo publicarían?
- No se, ¿no probaste dar lástima?
- Es lo que vengo haciendo desde hace 15 años
- Tenes razón, ¿y cuanto te sale?
- 1500 por 100 ejemplares
- ¿Y donde los vas a vender?
- ¿Vender?
- Claro, ¿para que vas a publicar?
- Para regalar
- ¿Y a mi me toca uno?
- Claro
- Prefiero el dinero, que sean 99
"El fin del sueño será cuando importe. Todas las cosas mienten. Buda me perdonará. Buda lo hará." J.M.
viernes, 26 de octubre de 2012
jueves, 25 de octubre de 2012
RECUERDOS: Capitulo 15: Mi casamiento con Eva
Pase muchos años de mi vida soñando el momento en el que le pediría a Eva que nos casemos. Un día me desperté y decidí que no podía pasar ni un minuto más sin que esa desgraciada fuese mi esposa. Ya estaba lo suficientemente maduro como para no seguir evadiendo la responsabilidad, había dejado el alcohol, las drogas, mi adicción al juego, los dibujitos, la pornografía y como si todo esto fuera poco trabajaba casi todos los días. Era un completo infeliz, y consciente de ello era el momento ideal para casarme, ¿sino a quien iba a echarle toda la culpa? La cité en el bar de siempre, "pago yo ésta vez", le aclaré. Llegué temprano, no aguantaba la ansiedad. Pedí un vaso con agua, tenía la boca seca. Pasaban los minutos y no venía, el tic-tac del reloj parecía sonar cada vez mas fuerte. De repente... me agarró una descompostura fatal, fui corriendo al baño y estuve unos 45 minutos. Salí esperando verla, pero no estaba. "Se habrá ido" pensé. La llamé por teléfono, no me atendió, la volví a llamar, se había olvidado de venir. No aguantaba más, y al borde de otra descompostura, decidí proponerle matrimonio en ese preciso instante, "Eva, ¿te queres casar conmigo?" le dije. Se empezó a reír, creo que rió unos 5 minutos seguidos, yo permanecía en silencio, luego vendría el sí. "¿Vos estás loco?" me dijo apenas pudo reponerse, y siguió "¿te estás drogando?". "No, ojalá, pero no" le dije. Entonces preguntó "¿y que es lo que te impulsa a pedirme que nos casemos?". "No se" respondí dubitativo "pensé que por ahí era una buena excusa para comprarme un smoking". Y me cortó. Menos mal que no vino, después me di cuenta no tenía un peso en la billetera y me estaba agarrando la descompostura otra vez.
miércoles, 24 de octubre de 2012
Poeta pobre
Quiero que mi poesía trascienda toda frontera, llegue a Europa y se traduzca a cientos de idiomas. Incluso al español, pero sin faltas de ortografía. Ya escribí un hermoso poema que coloqué dentro de una botella.
Ahora a esperar que cruce el Pacífico y llegue a España. Nunca fui bueno con geografía, en especial con eso de los nombres de los océanos.
Ahora a esperar que cruce el Pacífico y llegue a España. Nunca fui bueno con geografía, en especial con eso de los nombres de los océanos.
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viernes, 19 de octubre de 2012
Yo no soy Juan Pablo Castel: Parte 3
Es importante dejarlo bien claro, yo no soy Juan Pablo Castel, él es un asesino. Yo no.
La aclaración viene a cuento de que pasó mucho tiempo del último relato y quizás se hayan olvidado. Aunque lo más probable es que nunca lo hayan leído con lo cual nunca lo supieron.
En fin, sigamos con la historia.
Ella, supuestamente, se había ido a la casa de la madre, a ver, pensemos... ¿quien osaría volver a la casa de esa vieja bruja? La respuesta es nadie, por si alguno no se dio cuenta. Ustedes dirán ¿y por que, necesariamente, tiene que ser una bruja? ¿Solo porque vos lo decís? Y acá va mi respuesta, yo soy la verdad, soy la verdad hecha hombre, alto, flaco, dientes blancos como perlas, ojos brillantes, que linda es la verdad, ¿por que la ocultaría? A ver si entienden gente con un coeficiente mental de 20 (eso es innegable, sino no estarían leyendo ésto), mi neurosis no me deja mentir, algo malo podría suceder, ¿entienden? No, pero no importa, ésto es mucho más simple, si no me creen pueden leer la versión de los hechos de ella, claro, si la puede escribir ese pedazo de analfabeta. Si yo soy la verdad, ella es la materialización de la palabra analfabeto; bruta, tonta y otras serie de adjetivos desagradable. Y volvemos a lo de siempre, ¿que hacías con ella? ¿es que acaso no se les ocurre otra pregunta para hacerme? Estaba con ella porque quería ayudarla a ser mejor persona, fue una época muy caritativa de mi vida, iba a los comedores, y comía, iba a las iglesias y me llevaba ropa, como verán, era pura bondad. ¿No me creen? Repito, lean la versión de ella y banquense las faltas de ortografía de esa bruta. Por Dios, que bruta era... una vez la llevé a comer a un restaurante de primera categoría (pagaba ella), ¿y saben que dijo? "¿Para que quiero 2 cuchillos, 2 tenedores y 2 copas si voy a utilizar uno solo?", una bestia. Yo jamás supe para que eran, pero de ahí a decirlo hay un largo trecho. "No podes ser tan bruta, mi amor" le dije. Entonces ella, indignada, me dijo "que, ¿vos sabes? Si queres hacerte el fino empeza por sacar tus codos negros de la mesa y las lagañas de tus ojos". "Uno de los cuchillos es para cortarte la lengua a ver si así te callas de una vez por todas" pensé. No se como contuve mi ira, pero por lo pronto fui al baño a limpiarme los codos y sacarme las lagañas. Al volver ella hablaba animadamente con el mozo. "¿Interrumpo algo?" dije de forma irónica. "Si" dijo ella, y siguió "hablábamos de los ingredientes de los fideos con manteca, y fue la conversación más apasionante que llevo en la noche". "Podrías cenar con el mozo entonces, y yo los atiendo" respondí. El mozo estaba visiblemente incómodo. "¿Vos que pensas?" le dije. "Me retiro, disculpen" dijo el mozo por lo bajo, y se fue. "Parece que para él no era tan apasionante la conversación" le dije, y sonreí. ¿Y que vino después? Cara de orto, como era habitual... incluso si prestabas atención realmente parecía que una raya se dibujaba exactamente en la mitad de su cara. "¿Y ahora que te pasa?" le pregunté. "Lo de siempre" me dijo "otra salida mas en la que nos peleamos". Noté en sus palabras un cierto dejo de tristeza, entonces me dispuse a remontar la situación. Tuve una idea brillante, hacerla menos bruta, y le expliqué lo de las copas y los cubiertos: "te explico, hay 2 copas porque... si por ejemplo tomas Coca en una te sirven la Coca y en la otra los cubitos, si tomas jugo... no sé, Tang por ejemplo, en uno te sirven el polvito y en el otro el agua... si tomas vino, en uno tomas vino y en el otro vomitás, y así con todas las bebidas que se te ocurran, cada una tiene una explicación diferente... En cuanto a los cubiertos, la explicación es mucho mas simple de lo que imaginas... claro, si sos capaz de eso... Hay 2 cuchillos porque con uno cortas y con el otro te limpias los dientes, en cuanto a los 2 tenedores, uno es para pinchar la comida y el otro es para rascarte la parte del cuerpo que mas desees... Por último, nos quedan las cucharas, que veo que hay una sola... esto es gravísimo, porque solo vamos a poder comer el postre pero no vamos a tener donde dejar el chicle... a menos que lo dejemos a un costado del plato... Brillante, resuelvo cada situación que se me presenta de manera impecable". Luego de mi explicación se fue. "¿Donde vas?" le grité, y salió del restaurant. "¡Mozo la cuenta!" grité, pero recordé que no tenía un peso, y me fui corriendo atrás de ella. "¡Hermenegilda!" le grité en la calle, en realidad no se llamaba así pero quiero preservar su identidad... mas bien quiero evitarme un juicio. "Andate idiota" me dijo, y se subió a un taxi. Frené el que venía atrás, "siga a ese taxi" le dije al chofer. "Flaco, ¿que te pensas? ¿que estás en una película? Decime donde vas". "Quiero seguir a ese taxi señor" le dije. "Bueno, bajate y correlo pelotudo". "¿Como me dijiste?" retruqué algo nervioso y de mal humor. El taxista giró su cuerpo, y mirandome a los ojos me dijo "te dije que sos un pelotudo, y que te bajes porque te arranco el pellejo y me lo pongo de tapizado". "Ah" le dije mas calmo "había entendido otra cosa". Y bajé. En fin, estaba lejos de casa, sin un peso, pero con una buena excusa para no ir a trabajar al otro día.
La aclaración viene a cuento de que pasó mucho tiempo del último relato y quizás se hayan olvidado. Aunque lo más probable es que nunca lo hayan leído con lo cual nunca lo supieron.
En fin, sigamos con la historia.
Ella, supuestamente, se había ido a la casa de la madre, a ver, pensemos... ¿quien osaría volver a la casa de esa vieja bruja? La respuesta es nadie, por si alguno no se dio cuenta. Ustedes dirán ¿y por que, necesariamente, tiene que ser una bruja? ¿Solo porque vos lo decís? Y acá va mi respuesta, yo soy la verdad, soy la verdad hecha hombre, alto, flaco, dientes blancos como perlas, ojos brillantes, que linda es la verdad, ¿por que la ocultaría? A ver si entienden gente con un coeficiente mental de 20 (eso es innegable, sino no estarían leyendo ésto), mi neurosis no me deja mentir, algo malo podría suceder, ¿entienden? No, pero no importa, ésto es mucho más simple, si no me creen pueden leer la versión de los hechos de ella, claro, si la puede escribir ese pedazo de analfabeta. Si yo soy la verdad, ella es la materialización de la palabra analfabeto; bruta, tonta y otras serie de adjetivos desagradable. Y volvemos a lo de siempre, ¿que hacías con ella? ¿es que acaso no se les ocurre otra pregunta para hacerme? Estaba con ella porque quería ayudarla a ser mejor persona, fue una época muy caritativa de mi vida, iba a los comedores, y comía, iba a las iglesias y me llevaba ropa, como verán, era pura bondad. ¿No me creen? Repito, lean la versión de ella y banquense las faltas de ortografía de esa bruta. Por Dios, que bruta era... una vez la llevé a comer a un restaurante de primera categoría (pagaba ella), ¿y saben que dijo? "¿Para que quiero 2 cuchillos, 2 tenedores y 2 copas si voy a utilizar uno solo?", una bestia. Yo jamás supe para que eran, pero de ahí a decirlo hay un largo trecho. "No podes ser tan bruta, mi amor" le dije. Entonces ella, indignada, me dijo "que, ¿vos sabes? Si queres hacerte el fino empeza por sacar tus codos negros de la mesa y las lagañas de tus ojos". "Uno de los cuchillos es para cortarte la lengua a ver si así te callas de una vez por todas" pensé. No se como contuve mi ira, pero por lo pronto fui al baño a limpiarme los codos y sacarme las lagañas. Al volver ella hablaba animadamente con el mozo. "¿Interrumpo algo?" dije de forma irónica. "Si" dijo ella, y siguió "hablábamos de los ingredientes de los fideos con manteca, y fue la conversación más apasionante que llevo en la noche". "Podrías cenar con el mozo entonces, y yo los atiendo" respondí. El mozo estaba visiblemente incómodo. "¿Vos que pensas?" le dije. "Me retiro, disculpen" dijo el mozo por lo bajo, y se fue. "Parece que para él no era tan apasionante la conversación" le dije, y sonreí. ¿Y que vino después? Cara de orto, como era habitual... incluso si prestabas atención realmente parecía que una raya se dibujaba exactamente en la mitad de su cara. "¿Y ahora que te pasa?" le pregunté. "Lo de siempre" me dijo "otra salida mas en la que nos peleamos". Noté en sus palabras un cierto dejo de tristeza, entonces me dispuse a remontar la situación. Tuve una idea brillante, hacerla menos bruta, y le expliqué lo de las copas y los cubiertos: "te explico, hay 2 copas porque... si por ejemplo tomas Coca en una te sirven la Coca y en la otra los cubitos, si tomas jugo... no sé, Tang por ejemplo, en uno te sirven el polvito y en el otro el agua... si tomas vino, en uno tomas vino y en el otro vomitás, y así con todas las bebidas que se te ocurran, cada una tiene una explicación diferente... En cuanto a los cubiertos, la explicación es mucho mas simple de lo que imaginas... claro, si sos capaz de eso... Hay 2 cuchillos porque con uno cortas y con el otro te limpias los dientes, en cuanto a los 2 tenedores, uno es para pinchar la comida y el otro es para rascarte la parte del cuerpo que mas desees... Por último, nos quedan las cucharas, que veo que hay una sola... esto es gravísimo, porque solo vamos a poder comer el postre pero no vamos a tener donde dejar el chicle... a menos que lo dejemos a un costado del plato... Brillante, resuelvo cada situación que se me presenta de manera impecable". Luego de mi explicación se fue. "¿Donde vas?" le grité, y salió del restaurant. "¡Mozo la cuenta!" grité, pero recordé que no tenía un peso, y me fui corriendo atrás de ella. "¡Hermenegilda!" le grité en la calle, en realidad no se llamaba así pero quiero preservar su identidad... mas bien quiero evitarme un juicio. "Andate idiota" me dijo, y se subió a un taxi. Frené el que venía atrás, "siga a ese taxi" le dije al chofer. "Flaco, ¿que te pensas? ¿que estás en una película? Decime donde vas". "Quiero seguir a ese taxi señor" le dije. "Bueno, bajate y correlo pelotudo". "¿Como me dijiste?" retruqué algo nervioso y de mal humor. El taxista giró su cuerpo, y mirandome a los ojos me dijo "te dije que sos un pelotudo, y que te bajes porque te arranco el pellejo y me lo pongo de tapizado". "Ah" le dije mas calmo "había entendido otra cosa". Y bajé. En fin, estaba lejos de casa, sin un peso, pero con una buena excusa para no ir a trabajar al otro día.
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lunes, 21 de mayo de 2012
El karma de perder la memoria... otra vez
Llevamos encima el karma de perder la memoria. Y todo pasa, pero todo vuelve, porque vivimos en círculo marcados a fuego por nuestra memoria.
En definitiva, nunca olvidamos, sólo ocultamos. Pero es justamente eso que ocultamos lo que puja por salir todo el tiempo, guiandonos sin saber, al comienzo del círculo, a eso llamado el eterno retorno de lo igual.
Entonces el karma de perder la memoria (no ocultarla) se vuelve vital en este sentido, ya que sin ella no estaríamos destinados a repetir infinitas veces lo mismo.
En cierto punto parece como si se tratara de hacer nuestro círculo (o nuestra cárcel) lo más grande que podamos para de ésta forma repetir lo menos posible las mismas cosas.
Así y todo, la vida muchas veces parece actuar como un cinturón inercial; uno tira de él ajustándolo a su cuerpo, para de ésta manera quedar protegido ante los golpes que puedan venir, ¿pero que sucede luego? Cuando la situación de peligro pasa, uno se desprende el cinturón, pero el mismo no queda donde estaba, vuelve al principio, haciendo que uno deba hacer el trabajo otra vez.
Esto sucede todo el tiempo, uno se va protegiendo contra infinidad de situaciones, pero la memoria (la que escondemos) nos va guiando por la rueda hacia el mismo lugar constantemente, y nosotros, se supone, ya deberíamos estar protegidos o al menos tener las herramientas para enfrentar eso. El problema es que lo olvidamos (escondimos) entonces parece que nos pasa por primera vez, y acá es cuando nuestro cinturón protector vuelve al principio y tenemos que hacer todo otra vez, pensando que es la primera, pero no, es una más de las infinitas que se presentarán a lo largo de nuestras vidas. ¿Y cómo lo evitamos? Quitándonos el karma de perder la memoria, o haciendo nuestro círculo más grande, de manera que no vivamos las cosas infinitas veces. Pero estamos atrapados, girando en círculo indefinidamente. Y siempre parece distinto, pero es igual.
Esto sucede todo el tiempo, uno se va protegiendo contra infinidad de situaciones, pero la memoria (la que escondemos) nos va guiando por la rueda hacia el mismo lugar constantemente, y nosotros, se supone, ya deberíamos estar protegidos o al menos tener las herramientas para enfrentar eso. El problema es que lo olvidamos (escondimos) entonces parece que nos pasa por primera vez, y acá es cuando nuestro cinturón protector vuelve al principio y tenemos que hacer todo otra vez, pensando que es la primera, pero no, es una más de las infinitas que se presentarán a lo largo de nuestras vidas. ¿Y cómo lo evitamos? Quitándonos el karma de perder la memoria, o haciendo nuestro círculo más grande, de manera que no vivamos las cosas infinitas veces. Pero estamos atrapados, girando en círculo indefinidamente. Y siempre parece distinto, pero es igual.
¿Cómo lograr salir de la rueda en la que giramos como ratas de laboratorio? No debe ser tan difícil, si después de todo solo tenemos que salirnos de un círculo.
El problema es que ese círculo es invisible para nosotros, entonces, ¿como salir del lugar en el que nos encontramos metidos si desconocemos los límites y no lo podemos ver?
El problema es que ese círculo es invisible para nosotros, entonces, ¿como salir del lugar en el que nos encontramos metidos si desconocemos los límites y no lo podemos ver?
¿Cuantas vidas mas tendremos que vivir para terminar, de una vez por todas, con el karma de esa memoria persistente que nos abruma y nos conduce al mismo infierno una y otra vez?
¿Y por que, necesariamente, esa memoria que ocultamos nos guía irremediablemente hacia algo malo? ¿Será, acaso, que si fuera bueno no lo ocultaríamos? ¿O será que el olvido no existe?
Creo ser capaz de reconstruir, con cierto detalle, cada uno de los momentos de mi vida... El olvido no existe, y el karma de perder la memoria no me resulta posible por tener la mala suerte de recordarlo todo. Pero vuelvo siempre al mismo lugar, guiado por esa memoria oculta que no veo, que no registro, ni se donde está... Entonces miento y me miento, en la reconstrucción de los hechos, como un testigo falso, como un espectador que no entendió la película y le dio un sentido que no tiene... Y veo la escena otra vez, y veo cosas que nunca vi, y esquivo piedras que no supe ver... y cuando canto victoria, cuando veo entonces la bandera de llegada a pocos metros... llego, y lo logro, y pude superarlo todo... Me detengo, y la bandera no dice "Llegada" dice "Partida" y ya no se que hacer...
Puedo morir infinitas veces, pero no sirve, porque estaría empezando de nuevo... Y la vida lo sabe, por eso sonríe sarcásticamente.
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