Cuando esa nube de polvo cubrió por completo mi rostro,
te sostuve por los hilos de plata que te colgaban del alma.
Cuando el océano quiso arrastrarme a su infinita profundidad,
yo navegué en tu corazón...
Y la verdad me hace ver que quiero tus besos, pero al probarlos
un amargo rencor brota de mi, y un violento resentimiento
rompe el océano en mil pedazos cubriéndolo todo...
Y nos ahogamos,
en esas aguas que nos dieron de beber cuando teníamos sed.
Nos ahogamos, por culpa de ese polvo que supo tapar nuestra mentira.
Nos ahogamos, por culpa de ese polvo que supo tapar nuestros defectos.
Y que no pudimos ver, o no quisimos...