Es importante decir y, de algún modo confesar que tengo ciertos rasgos de neurosis obsesiva que me impidieron vivir libremente, desde siempre.
No soy Juan Pablo Castel, y ésto también me resulta imperioso aclararlo. Desconozco el motivo de la última aclaración ya que no maté a nadie, pero ¿quien sabe? Quizás por mi cabeza haya pasado algo de eso y de allí la asociación...
Una vez conocí a una mujer que era libre, y yo podría haber intentado serlo junto a ella, pero lejos de hacer eso busqué encarcelarla dentro mio, secuestrarla en mi interior.
Lógicamente ella escapó. Y lo hizo gritándome que era un enfermo, que quería ser libre, que no entendía como pudo haber estado conmigo. Ahora que lo recuerdo, sentí ganas de matarla, pero no lo hice, y tenía mis razones. En principio, cuando me gritó todo eso estaba muy lejos de mi, a unos 20 metros y rodeada de gente. Correrla y golpearla, era muy evidente; arma con silenciador no tenía, de manera que tragar mi bronca fue una decisión muy inteligente de mi parte. Y mas allá de que no contaba con otra opción que no me llevara a la cárcel, pretendo que ésto sea visto como una decisión muy inteligente de mi parte.
Previo al griterío de aquel día, ella me venía diciendo que no consideraba mi actitud como un acto de amor. Odio ésta frase, nunca la crean.
Para mi fue amor, y abrirle las puertas de mi cárcel interior, era una prueba de ello.
¿O alguno de ustedes piensa que de no haberla amado le hubiese abierto las puertas de mi infierno? Jamás! Ninguno de ustedes, teniendo dentro suyo mi calvario, dejaría entrar y ver todo eso a cualquiera.
Ella no lo entendió, ustedes tampoco. Y se salvan de que los mate solo porque están lejos... o mejor dicho, no matarlos es un decisión muy inteligente de mi parte, sépanlo.
Y no soy Juan Pablo Castel.