viernes, 14 de febrero de 2014

Algún lugar encontraré

Y de repente estás encerrado, pero tranquilo. Estás alerta, pero perdido. Estás confundido, y miras con extrañeza todo alrededor. "¿Que hago yo acá?" Decís. Y ves miradas perdidas, ausentes y un silencio ensordecedor que parece un grito de auxilio desesperado. Ese grito de auxilio que también está dentro tuyo. Y por eso estás ahí, con ellos, pero te das cuenta de que ellos nada tienen que ver con vos, ¿y éste límite tuviste que cruzar para verlo? Pero aún hay algo mucho peor, y es darte cuenta que ya no perteneces a ningún lugar, no sos de adentro, ni de afuera, ¿y que vas a hacer? No hay mucho... Adentro hay tristeza, ojos brillosos... gente que probablemente no pueda o no sepa aspirar a más... Pero vos sí, y de repente vas a la puerta para escapar, y quedas paralizado del miedo, y no podes salir. Es tiempo, vas a salir y cuando lo hagas vas a ver con total extrañeza ese lugar al que perteneciste, ese lugar que hoy te resulta completamente ajeno, pero que fue el que te cobijo cuando más lo necesitaste. Y nunca dijiste gracias.